Con el desarrollo hoy de cuatro proyectos vacunales antiCovid-19, Cuba podría convertirse en el primer país de Latinoamérica con un candidato propio contra la enfermedad para satisfacer la necesidad nacional y la de otros pueblos.
El país aspira a inmunizar a toda su población este año con alguna de sus propuestas y para ello producirá millones de dosis, según anunciaron directivos al frente de los proyectos.

Soberana 02, del Instituto Finlay de Vacunas, y Abdala, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), son las propuestas que por sus resultados avanzarán en marzo a la fase III de ensayos clínicos.

Por otro lado, Soberana 01, también del Finlay, ya mostró elevada seguridad en la fase I, y constituye un posible refuerzo ideal para inmunidad en convalecientes. La fase II/III de ensayos clínicos con este candidato está prevista a iniciar en el presente mes.

A fines de febrero, se prevé comenzar el ensayo clínico con ambas vacunas (Soberana 01 y 02) en la población pediátrica.

Mambisa, por su parte, único de los cuatro candidatos cubanos para administrar de forma nasal, también ha sido bien tolerado y mostró seguridad en las personas que lo recibieron durante la fase I de su ensayo clínico.

Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) precisó que en un contexto internacional marcado por disputas sobre la distribución equitativa de las vacunas y la inmunización de unos pocos frente al resto, los candidatos cubanos podrían proporcionar un potencial salvavidas a los países en desarrollo.

A mediados de 2020, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguró que una vez concluidos estos candidatos podrían beneficiar también a los pueblos de América Latina y el Caribe.

Asimismo, durante un encuentro virtual entre directivos del Instituto Finlay de Vacunas de Cuba y expertos tanto de la OPS como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se mencionó esa posibilidad como parte de un espíritu solidario entre naciones para garantizar acceso universal a una cura contra este coronavirus.

La Onudi destaca que la pequeña nación caribeña esté por delante de muchos países más desarrollados en la carrera por encontrar de forma rápida y eficaz una vacuna de emergencia contra la Covid-19.

Reconoce que estos logros están sustentados en décadas de experiencia e inversión en los sectores biotecnológico y farmacéutico, los cuales contaron en sus primeras etapas de desarrollo con el apoyo de esta organización.

Desde el triunfo de la Revolución cubana en 1959, este país invirtió en la formación de más médicos y creó institutos de investigación científica para apoyar el desarrollo de una industria biofarmacéutica nacional.

Onudi colaboró en varios proyectos como la construcción de una planta de productos farmacéuticos desde finales de la década de 1970.

Durante esos años, la empresa india Sarabhai Chemicals también participó junto a esa organización de las Naciones Unidas en el establecimiento de la primera planta de síntesis química de Cuba para la producción de productos farmacéuticos genéricos.

También la planta, Empresa Farmacéutica 8 de Marzo, fue diseñada por expertos de la Onudi, equipada con tecnología india, y financiada con aportaciones de ese país asiático y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

A mediados de la década de 1980, se realizaron colaboraciones en el desarrollo de la versión propia de este país de una vacuna genérica contra la hepatitis B y en los años 90 en la producción del medicamento anticancerígeno CIMAher (nimotuzumab) para tratar los tumores de cabeza y cuello, así como otros tipos de cáncer avanzados.

En 2020, la organización de las Naciones Unidas se asoció con el gobierno esloveno en una iniciativa para desarrollar un modelo de negocio con Cuba que vincule la innovación en los sectores de la biofarmacia, la medicina y las nanotecnologías.

Para la Onudi, el éxito de Cuba en la creación de una industria farmacéutica nacional viable demuestra los beneficios que pueden obtenerse mediante inversiones específicas y con la necesaria voluntad política; lecciones valiosas para la actual crisis de Covid-19, agrega.