La granja de ceba de claria Santa María, del municipio de San Luis, reintrodujo la crianza de la langosta de agua dulce en sus producciones y dan los primeros pasos para su exportación mediante la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (EPICOL).

De acuerdo con declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias de Riquelmes Álvarez Vargas, director de la entidad, ya están en ese puerto pinareño los primeros 150 kilogramos de la especie para su comercialización en el exterior, donde es muy demandada por sus propiedades nutricionales y delicioso sabor, muy similar al de la langosta de mar.

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Allí fueron establecidas las condiciones para su desarrollo, en tanto en un espacio creado para ello desovaron tres mil 500 alevines, mientras los animales en proceso de gestación son separados del resto de la masa y trasladados a otro acuatorio, donde son protegidos.

Refirió que hace años, la langosta de agua dulce fue introducida en la granja, pero por algunas razones cesó su producción, y ahora se retomó esta alternativa en bien de la economía de la nación, afectada por la crisis económica mundial causada por la pandemia y por la intensificación del bloqueo norteamericano contra Cuba.

Originaria de Australia y diseminada por el mundo, la carne de la langosta de agua dulce posee un alto porcentaje en proteínas, bajas grasas y colesterol, mientras tiene muy buena demanda en mercados de alto poder adquisitivo, según la enciclopedia digital Ecured.

Además, la granja acuícola reintrodujo la tilapia, de cara a incrementar las opciones alimentarias de la población y darle mayor aprovechamiento a la amplia área de estanques de esa unidad acuícola, afirmó Álvarez Vargas.

Actualmente –señaló– preparan las condiciones para incluir también volúmenes de tilapia roja en los surtidos exportables de la unidad, de 18 trabajadores, de ellos casi la mitad féminas.

Cuando fue creada la entonces estación Felipe Poey, una de las primeras fundadas en la rama acuícola, se inició como un establecimiento de alevinaje de tilapia, es decir, que se reproducía la especie, cuyos alevines se vendían a otros estanques del territorio y de los diferentes municipios.

Explicó que el objeto principal del centro es la producción de claria y alevinaje número dos, consistente en recibir la especie de 0,5 gramos (g), posteriormente se le da crecimiento hasta llevarse a 10 g, para ser depositado en las piscinas y, a partir de los 50 g, es trasladado al área de ceba, donde alcanza el crecimiento final.

El plan anual de manera global –claria, langosta de agua dulce y tilapia– asciende a 150 toneladas (t), distribuido en los 12 meses del calendario, y fueron cumplidas en fecha las cinco correspondientes a enero y trabajan en las de febrero.

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No obstante, de manera previsora, aunque están todas las condiciones creadas, aplican alternativas para la captura de especies juveniles en diferentes fuentes, como pueden ser las lagunas, los recuperan e incorporan al cultivo y en caso de que en determinado momento no se disponga de semilla, son introducidos y todo eso es ingreso y comida para el pueblo, comentó Álvarez Vargas.

La laguna de Santa María alimenta los estanques de la granja de ceba de claria, es la mayor de la municipalidad y obsequia al visitante un lindo paisaje.